domingo, 28 de febrero de 2010

Los Conferencistas

Ellos eran tres
A la derecha una señora muy seria y muy mayor
A la izquierda un caballero primerizo en esas lides
Y en el centro Ella.

Ella abrió la conferencia
Simpática, aguda, sonriente
El público ya estaba en su bolsillo
Mejor dicho en su bolso

Le dio la palabra a la señora muy seria y muy mayor
Que se despachó con unos antecedentes históricos
de nadie sabe muy bien qué

Ella le avisó al advenedizo
Que luego le tocaría a él
Hablando de tocar, él
Sin querer
Tocó la pierna de Ella

Seguramente fueron los nervios
Ella se sobresaltó, pero sólo interiormente
Oficio de conferencista, le dicen
Nunca perdió la sonrisa
Aunque lo miraba de reojo
Como diciendo
¿qué estás haciendo?

La señora muy seria y muy mayor no terminaba
Y el advenedizo se dio cuenta donde había puesto la mano
Al sentir el contacto de la falda
De las medias que apenas disimulaban la piel
de ella
Y los nervios se fueron
Y se olvidó del público
Y de la voz monocorde muy seria y muy mayor
De la señora

Y empezó a jugar con Ella
Aprovechando su aplomo indestructible
Y el reborde de la mesa
Que apenas los tapaba
De la gente

Y le subió un poco
La falda
El contacto del nylon lo excitaba
Quería saber donde terminaban
Las medias
Y siguió subiendo
Y se encontró con inesperados
portaligas
Y sintió que el corazón le latía en la entrepierna
Siguió subiendo hasta encontrar un encaje suave

La señora muy seria y muy mayor
había terminado
Y Ella mantenía su sonrisa ganadora
pero no hablaba

Pasaron unos segundos
los tres en silencio
La señora muy seria y muy mayor
la miró a Ella con ojos de fuego

Ahí Ella se dio cuenta y comenzó a hablar
No recuerda bien de qué
porque sintió cierta dulzura que bajaba
Por su cuerpo
hasta los dedos de él.

Pero era el turno de vengarse
el advenedizo nunca había hablado en público
hasta ese momento.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Borde

Es raro este amor que se me escapa
como una peli, al borde del abismo
él la sujeta mas ella se resbala
y no hay quien pueda remediarlo
así parece a veces este amor
que se sostiene apenas con un dedo
con una mano temblorosa que se escurre
hacia el vacío infinito del adiós.

martes, 23 de febrero de 2010

Puñales

La vida es hermosa
y nos llena de regalos pequeños.
Esos que a veces se nos escapan de las manos
porque parecen livianos y,
como el insaciable mercader, nos
dejamos impresionar por su peso,
por sus colores y no por su trasluz.
Yo amo la vida aunque a veces me parece
que deja su puñal clavado
en mis entrañas

¡Pero no es mala!
Yo creo que se lo olvidó

domingo, 21 de febrero de 2010

¿Cómo poder hablar de amor?



Cómo poder hablar de amor
en bares con televisión?
Si en el momento justo
en que mi corazón se parte
/
tus ojos se distraen
por un instante
mirando sin mirar
figuras espectrales?
/
Y cuando vuelves a mi amor
de las noticias terrenales
olvidaste
que aquí estoy yo,
confundido,
sin ganas de volver a ser herido?
/
Prefiero a los bares como antes.
Sabían los cafés que yo he querido
dejar hablar de amor a los amantes.

domingo, 14 de febrero de 2010

La condición del amor

Puedo enlazarte la luna de una soga
¡llévala luego, cual globo por el parque!
pero aprovecho la ocasión para avisarte
que no podré ir por ti mañana a yoga.

Puedo tocar las alas de aquel ángel
y describirte sus risas celestiales
mas no lavaré los platos, te lo juro
ni tus ventanas repletas de cristales.

¿Sabes? le dije a Dios cuánto te amo
ya le conté de ti y de mis versos.
Empero no podré pagar ninguna cuenta
de luz, de gas ni de teléfono.

Quedémonos despiertos esta noche
amándonos de todas las maneras
no obstante luego de ello ¡no me pidas!
que te higienice de cabellos la bañera.

Y por mi amor a ti puedo inmolarme
dejarme lacerar mi amante carne
sólo te ruego tu indulgencia al pecadillo
de mi mortal pavor por clavos y martillo.

Y así por siempre me tendrás en tu regazo
seré tu amante fiel, tu vate iluminado.
Pero si quieres que repare aquella silla
pide un idóneo en la página amarilla.

Que mis sutiles dedos por Dios están dotados
para explorar en tus recónditos secretos
placer y goces febrilmente imaginados
¿Para otras cosas? ¡parecen de concreto!

Espero vida mía –y me despido-
oigas el ruego de mi alma torturada.
Pídeme el cielo, los astros, las estrellas
mas no me pidas nunca, pero nunca, que haga nada.

domingo, 7 de febrero de 2010

Falsos perdones

Te pido perdón

Por haberte jurado que me encargaba de todo

y las pilas de casi todo siguen ahí, llenándose de olvido.

Por los silencios.

Por haber detestado el sushi sólo porque es snob,

sin darle antes una chance al japonés de Chacarita.

Por creer que los hijos pueden elegir su identidad sexual pero no el club de fútbol,

que llega en línea directa por ascendencia paterna (no negociable)

Por las inconsistencias.

Por las heridas que nunca cicatrizan.

Por escucharte muchas veces con los ojos distraídos.

Por reírme con los tangos de Rivero y decirte al quinto al hilo ¿en serio no te gusta? Para después poner a Gardel.

Por Calamaro.

Por agotar las cosas que me gustan como a un pozo de petróleo.

Por mis malos humores excesivos.

Por mis buenos humores peores todavía.



Perdón! Por reírme sin querer, mientras te pido estas disculpas.